La familia tiene un lugar importante en la atención a personas con TP. Especialmente, cuando conviven juntos o hay una dependencia económica, el entorno familiar influye en la persona con TP, de ahí la gran relevancia de la implicación familiar en los tratamientos que se lleven a cabo. En la asociación esta terapia familiar se realiza de dos formas:
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Todo el núcleo familiar: Solo en los casos que se considere que es necesario hacer una intervención conjunta.
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Con los miembros del sistema familiar que así lo demandan, al mismo tiempo se interviene de forma individual con la persona con TP. Los familiares tienen un desgaste emocional por la convivencia con la persona con TP, que hace importante trasmitirles la posibilidad de cambio, ayudarles a mejorar la convivencia, “corregir” errores frecuentes en la comunicación y ayudarles a valorar los cambios y los objetivos conseguidos, llegando a una aceptación y valoración de su familiar con TP.